Manzanillo es turismo, es deporte, es cultura…Manzanillo es Unico.

‎1 Universo, 9 Planetas, 204 Paises, 5 Continentes, 809 Islas , 7 Mares, Millones de personas ......Y me dieron el privilegio de conocerles, Gracias Manzanilleros.

jueves, 6 de mayo de 2010

UDC tiene una representante en Manzanillo

La Doctora Mayra Torres, candidata a la alcaldía de Pepillo Salcedo en exclusiva para Manzanillo al Día.

Solo faltan dias y horas para que se defina quien sigue o asume el ayuntamiento de Manzanillo, hoy ha 4 candidatos y todos dicen ganaran la boleta municipal.

5 comentarios:

polo dijo...

camilo lo de la cena es para este martes proximo

polo dijo...

La política está calientisima en Manzanillo y a solo días. Quien ganará? Y los ganadores cumplirán sus promesas? LO DUDO, LO DUDO, LO DUDO.

Anónimo dijo...

EL PRD PALANTE!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

A MAYRA QUE SE ENVOLSILLE LOS CHELITOS DE LA CAMPAÑA QUE NO VA PA NINGUN LAO Y QUE SIGA EN SU PICAPOLLO Y CURANDO EPIDEMIAS.

Anónimo dijo...

DE LA ETICA Y LA POLITICA


La política, vista desde afuera, es una cloaca pestilente y nauseabunda y es
probable que haya muy contadas personas en el mundo que no estén convencidas
de ello. Y creo que los políticos son los primeros que lo creen y lo saben, con la
diferencia de que a ellos simplemente les tiene perfectamente sin cuidado. Pero
buena parte de ellos sabe lo que los demás no saben o fingen no saber: que si bien
la política es un mundillo tenebroso y siniestro en el que lo normal es que todos
cometan contra los demás todas las traiciones, todas las deslealtades y todas las
iniquidades que se les pueda ocurrir, también es cierto que la política es la actividad
especializada que permite luchar por el poder del Estado (o de cualquier
organización), alcanzarlo, ejercerlo y conservarlo.
La política tiene muy mala fama (y muy bien ganada). Creo que fue el Tejón
Garizurieta quien en los años cuarenta la definió como “el arte de darle por el culo
al que está abajo y de ponerle la misma región anatómica para que haga lo propio al
que está arriba”. Todos los norteamericanos, casi sin excepción, ven en la capital de
su país, Washington, una auténtica Babilonia de corrupción, vileza y traición. Claro
que lo es, pero es también el cerebro de la nación y el asiento del mayor poder
mundial y ha llegado a serlo, precisamente, por las mismas razones por las que a
los gringos se les congela el espinazo de tan sólo pensar en que deben hacer un
viaje a esa ciudad para realizar algún trámite obligado.
Por razones de elemental supervivencia, los políticos deben saber estar bien
dotados y armados para enfrentar toda clase de traiciones, deslealtades, engaños,
tortuosidades, golpes bajos, maldades o seducciones (Gordillo dijo que eso le había
pasado con Madrazo) e incluso hipnnotismos que les pueden hacer sus
contrincantes y hasta sus contlapaches. Y todos saben también que, en su momento,


deben estar decididos para hacerles lo mismo si es que eso les produce un mejor
posicionamiento o alguna ventaja. Saben, finalmente, que por esas razones nadie va
a la cárcel y, si bien es cierto que puede pagar un costo si alguien lo descubre o lo
expone en público con pruebas, después no pasa nada, porque no se trata de ningún
delito, aunque sí de muchísimas faltas a la moral y a las buenas costumbres, pero
tampoco eso está penado por la ley.
Mi querido amigo José Agustín Ortiz Pinchetti anda preocupado por esos
problemas. Su punto de vista es que es absolutamente inadmisible que un político
sea todo lo que hemos visto que es (creo que, por lo general, puede ser peor).

“Es cierto que un político puede ser eficaz e inmoral
simultáneamente, pero las violaciones a la ética no perdonan ni a los políticos. No
existen dos esferas separadas: la política está sujeta a los principios de la ética,
como cualquier otra actividad humana. El comportamiento corrupto, desleal,
traicionero y tortuoso es signo de decadencia, no de habilidad”.


sino ver cómo triunfa un príncipe

en la política y estudiar la acción política exitosa del modo más objetivo posible,
sin orejeras éticas o religiosas. El nunca juzgó a los príncipes de su época para
saber si eran buenos o malos; esto le tenía sin cuidado.
También le dije a mi querido amigo que estoy convencido de que la ética no
va con la política: es otra esfera de la vida de los hombres en sociedad. Si metemos
a la ética con la política vamos a acabar corrompiéndola y adulterándola. Y a la
política la vamos a acabar pervirtiendo hasta hacerla totalmente infuncional.
Maquiavelo independizó a la política de la moral, para poder entenderla; Kant
independizó al derecho de la moral, asimismo, para poder estudiarlo como tal. La
ética no nos sirve para hacer política ni tampoco para estudiarla. De otro modo,
acabaríamos sin ver ni saber nada tanto de la ética como de la política.


ESTOS PARRAFOS ES PARA QUE ALGUNOS DE LOS YANKITAS, EN ESPECIAL A LOS MAS CERCANO, LE DEN UN VISTAZO, CUANDO TENGAN UN TIEMPECITO.